Podemos decir que todo es texturizable o susceptible de ser textura. Todo puede ser dibujado y por ello mismo puede ser reproducido y copiado, por medios técnicos o manuales, y con ello convertirse en textura. Porque, para que una imagen podamos decir que es una textura tiene que ser uniforme y repetitiva. En esto las texturas y las imágenes teseladas o modulares, tienen en común que son multiplicadas muchas veces para crear ese efecto de reproducción, repetidas muchas veces. Las texturas pueden ser naturales o artificiales. Las naturales provienen de la naturaleza y son aquellas en las que el hombre no interviene, como la corteza de un árbol o una imagen microscópica. Las texturas artificiales provienen de objetos o formas creadas por el hombre. Por ejemplo, imágenes de dibujos de objetos creados por el hombre o cualquier imagen fotográfica o de otro tipo repetida varias veces.
Las imágenes que vereis a continuación son imágenes que se han fotocopiado y pegado creando texturas y los monotipos son imágenes creadas a partir de un acetato, poniendo en el pintura al oleo y a continuación pasándola a modo de grabado a un papel. Se llaman monotipos porque de cada imagen solo se puede hacer una copia. Las texturas llamadas lavados se consiguen poniendo en una cubeta agua y pintura oleaginosa con aguarrás. Si sumergimos un papel en esta mezcla salen diferentes resultados muy interesantes por ambos lados del papel.
También hay que diferenciar entre textura táctil y textura visual. Todas las texturas de este apartado son visuales, es decir, se pueden apreciar con los ojos pero al tacto son planas y bidimensionales. Las texturas táctiles se aprecian con el tacto (y también con la vista) y suelen tener relieve, por ejemplo, una superficie rugosa, un tejido, una tablilla con un patrón repetido de mármol o de piedra, un trozo de barro trabajado con una forma o superficie repetitiva…
Texturas manchas microscópicas 2